Hoteles de ensueño con desayunos cinco estrellas
Una escapada romántica de fin de semana, un viaje de negocios o unas vacaciones entre amigos. Todos estos escenarios tienen un denominador común: un hotel donde recalar en busca de relax y nuevas experiencias, donde desconectar y paladear los placeres de la vida. Pero, ¿qué define a un buen hotel? Buscamos una habitación de ensueño, unas vistas de postal, una excelente ubicación y una cama digna de un rey. No obstante, hay un requisito indispensable en el que no pensamos hasta que estamos fuera de casa: el desayuno... y, más concretamente, el café.
Los servicios que ofrece un hotel cada día están más cuidados y son más sofisticados. Conscientes de que estos pequeños detalles son los que hacen que sus húespedes quieran alargar su estancia, la disfruten y se conviertan en sus prescriptores, los hoteleros cuidan al máximo cada detalle. Por eso, no solo es importante cuidar de la limpieza y la ubicación sino también ofrecer otros servicios que completan la experiencia del viajero dándole un valor añadido.
Cada vez es más normal ver en los estantes del baño amenities ecofriendly para dejar claro el compromiso ambiental del hotel, cartas de almohadas, complementos para hacer deporte y no romper la rutina de ejercicio diario, variedad alimentaria en los menús (sin gluten, sin lactosa, vegetarianos, veganos…) o un amplio catálogo de experiencias relacionadas con la naturaleza, la cultura, el wellness, el deporte o el ocio. La tecnología es otro de los servicios más apreciados e indispensable. Las tendencias van desde el cross-selling hasta lobbies amplios, polifacéticos e hiperconectados en los que se trabaja cada vez más la tendencia del bleisure (business y leisure, es decir añadir ocio a un viaje de trabajo) para dar respuesta a las nuevas formas de viajar. Y, por supuesto, las habitaciones inteligentes que se pueden controlar desde el smartphone, con televisores inteligentes, tablets o altavoces para poder escuchar música tras una larga jornada de turismo. Otro detalle de calidad cada vez más extendido son las máquinas de café de cápsulas. Pueden estar en la habitación, en el lobbie o zona de estar, en el desayuno o en la cafetería y el restaurante para que cada cliente pueda saborear ese momento de relax en su viaje porque, en definitiva, un hotel ya no solo es un lugar donde dormir.
Existen hasta 13 variedades creadas exclusivamente para el sector profesional
Hoteles con encanto como el Hotel Akelarre (San Sebastián) no solo ofrecen un desayuno cinco estrellas y, por supuesto, un café de calidad, sino que convierte la estancia en toda una experiencia. El hotel del chef Pedro Subijana fusiona la mejor gastronomía de su célebre restaurante (tres estrellas Michelin) con un diseño único que tiene en su cuidado desayuno su máximo exponente. Igual ocurre con el desayuno creado por el chef Marc Gascons (también con estrella) en el barcelonés Hotel The Serras. De fondo, el Mediterráneo, y sobre la mesa zumos naturales, fruta, panes y pasteles artesanales, embutido local, batidos détox, cereales orgánicos y, por supuesto, el mejor café Nespresso.
Si estás de vacaciones, por qué no dejarse sorprender con un café original como los que ofrece en su desayuno el Gran Hotel Miramar de Málaga. Con un Latte Macchiato, hecho con leche emulsionada y con espuma, azúcar y eligiendo, por ejemplo, una cápsula de Espresso Forte, Espresso Leggero o Espresso Descaffeinato, tres de las variedades de café que Nespresso Professional sirve a hoteles, bares y cafeterías, no hay jornada que se resista. Igual que nada sienta mejor que degustar un Espresso Macchiatto o un Cappuccino junto a un delicioso desayuno, como los que sirven en el H10 Rubicón Palace, un auténtico paraíso frente al mar, en la localidad de Playa Blanca de Lanzarote. La ruta por los mejores desayunos de los hoteles también tienen paradas obligadas en el Hotel Balneario Las Arenas, de Valencia, donde se pueden pedir exquisitas recetas innovadoras de café Nespresso. También se puede saborear en el precioso castillo del siglo XVIII que alberga el Castell Son Claret, de Mallorca. Pura sinfonía para los sentidos viajeros.