


“Me enamoré de la idea que ofrece la tecnología de poder crear algo de cero”
Jan Carbonell (Barcelona) RETO Educación 24 años


Apasionado de las nuevas tecnologías, dirige Al Saturdays, un espacio para aprender de manera rápida y eficaz sobre inteligencia artificial. A su edad, ya ha participado en diferentes proyectos como OmniGuide o la iniciativa del Foro Económico Mundial Global Shapers. Actualmente cursa un Master de IA.
Estudió Ingeniería industrial y hasta hace dos años se dedicaba “a la parte estratégica en consultoría, sobre todo orientada a tecnología, salud y banca”, pero tras un momento de reflexión profesional decidió que se quería “hiperespecializar”. Veía que la tecnología “tenía un papel cada vez más importante en cómo hacíamos las cosas y me sentía entre dos mundos. La parte de negocio la tocaba más, pero tecnológicamente me encontraba desalineado con los equipos”, cuenta el joven catalán. “Siempre me veía optimizando, pero me enamoré de la idea que ofrece la tecnología de poder crear algo de cero, de las capacidades que dan las nuevas técnicas, sobre todo de la inteligencia artificial”. Así, motivado por salir de su zona de confort, el julio pasado Jan dejó su trabajo. “Me apunté a un coding bootcamp en Le Wagon y estuve 12 horas al día durante 12 semanas aprendiendo a programar. Fue un proceso muy bonito, por la sensación de volverme a encontrar con un desafío y por ver que tenías esas capacidades de las que dudaba”.
De GeneradorES se queda con “la diversidad” que le ha aportado reunirse con “gente de edades distintas, en momentos profesionales distintos y, sobre todo, de sectores muy diferentes. Para mi esto ha sido una manera de validar que cuando se fomenta el talento las cosas salen mejor y cuando hay diversidad se multiplica todavía más”. Y esa valía se ha trasladado a la propuesta de su área que pretende acercar la formación universitaria a la realidad de las empresas. “Hemos visto que hay un agente que es la universidad con unas necesidades muy concretas y otro que es la empresa que tiene otras. Dos puzzles que, hoy día, no encajan pero que buscan exactamente lo mismo en polos opuestos”.
“Si somos capaces de alinear las piezas y que la gente de la universidad pierda el miedo que tiene a la empresa y ésta pierda la reticencia que tiene a la universidad pueden surgir grandes cosas. No sólo creo que pueden surgir sino que tienen la obligación de surgir porque de no hacerlo la gente no va a tener ningún problema en cambiar de país o de universidad para centrarse en obtener mayor conocimiento o mejor trabajo. Creo que económicamente es viable porque el modelo de los cursos online está debidamente probado. La preocupación son los agentes. Ver si realmente conseguimos alinear empresa, profesores que tienen pasión por sus clases junto con profesionales que realmente quieren dedicarse a la formación para poder captar mejor ese talento”.