

Así rompen esquemas los SUV deportivos eléctricos
Las sensaciones en carretera y fuera de ella no están reñidas con los motores eléctricos. Al contrario: congenian y mucho

Normalmente asociamos los coches eléctricos a pequeños utilitarios de uso urbano cotidiano. Conceptos como conducción deportiva, potencia, emoción, alta gama o velocidad ni se nos pasan por la cabeza. Y no debería ser así.
Las motorizaciones eléctricas son idóneas para los coches SUV deportivos premium. De hecho, las ventajas de estos vehículos no son solo económicas, sino que tienen mucho que ver con el confort durante la conducción, la capacidad de aceleración y la versatilidad. Todo ello, gracias a la enorme evolución de las prestaciones de los motores eléctricos desarrolladas en los últimos años.
Altas prestaciones
Una de las virtudes más valoradas de los vehículos deportivos premium es su capacidad de aceleración, que nos permite pasar de 0 a 100 km/h en pocos segundos. Precisamente, en este punto los motores eléctricos tienen mucho que decir.
Los motores eléctricos entregan todo el par del vehículo desde que momento en que se pone en marcha
Como son capaces de entregar todo el par del vehículo desde que el mismo momento en que se pone en marcha, los coches eléctricos también pueden acelerar al máximo en muy poco tiempo. La ausencia de una caja de cambios, que no es necesaria para este tipo de motores, permite evitar las pérdidas de rendimiento que se producen al cambiar entre marchas y ofrece una aceleración lineal.
Si tomamos el ejemplo del Jaguar I-Pace, el nuevo SUV deportivo eléctrico de la marca, sus dos motores eléctricos, instalados uno en cada eje, y su distribución del peso ofrecen 696 Nm de par instantáneo.
Respecto a la potencia, la evolución en los motores eléctricos les permite ofrecer prestaciones similares a las de cualquier vehículo premium de combustión interna del mismo segmento. En el mismo caso del Jaguar I-Pace, los dos motores síncronos de imágenes permanentes generan 294 kW (400 CV).
¿Qué ocurre cuando sumamos un elevado par disponible desde el minuto cero, una potencia de 400 CV y tracción total? Que un vehículo de cinco plazas y más de 2.000 kg de peso en reposo será capaz de alcanzar los 100 km/h en solo 4,8 segundos.
En cualquier terreno
Los motores eléctricos no solo son capaces de desarrollar altas prestaciones en carretera. También pueden hacerlo en condiciones mucho menos amables como en circulación por caminos de tierra o situaciones de vadeo.
La razón, de nuevo, es la respuesta de potencia y par inmediata que entregan estos propulsores y que permiten al vehículo reaccionar instantáneamente en el momento en que se necesita. Si se unen a un sistema de tracción total, la versatilidad del vehículo se dispara.
En el caso del Jaguar I-Pace, sus dos motores eléctricos se pueden adaptar de manera independiente a las acciones del conductor, al estado de la vía y al agarre disponible. Este vehículo es capaz incluso de mantener una velocidad constante en superficies deslizantes y otras condiciones adversas gracias a un sistema de control de crucero especial denominado All Surface Progress Control y que funciona entre los 3,6 km/h y los 30 km/h.
También puede controlar de manera óptima el par al acelerar desde parado para arrancar cuando el firme es deslizante.

El Jaguar I-Pace es capaz de mantener una velocidad constante en superficies deslizantes
Y, además, ahorran
A todas estas características que desarrollan los motores eléctricos, y que incluso son capaces de mejorar respecto a los de combustión interna, también hay que sumar una gran ventaja: el ahorro. Conducir un vehículo capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos, de superar pendientes acusadas en condiciones de baja adherencia o de alcanzar los 200 km/h sin necesidad de pasar por una gasolinera es algo que hace pocos años ni nos podíamos imaginar.
Por ejemplo, el Jaguar I-Pace ofrece una autonomía eléctrica de hasta 470 km en el ciclo WLTP*. Con un cargador rápido de 50 kW de corriente continua, puede recargar hasta 270 km de autonomía en una hora, gracias a su potente batería de 90 kWh.
Como además se trata de vehículos cero emisiones, disfrutan de beneficios fiscales e incluso de reducción de precios en peajes y en el aparcamiento en algunas ciudades.
Esta es solo una muestra de lo que pueden hacer los coches eléctricos por la conducción deportiva de altas prestaciones. Han llegado para romper esquemas en el segmento premium y lo han hecho para quedarse.
Silencioso… o no
Una de las características más impactantes de los coches con motores eléctricos es el silencio. En el caso de aquellos que forman parte del segmento premium, la cuidada insonorización del habitáculo permite circular con la sensación de viajar dentro de un avión.
Eso sí, parte de la experiencia de una conducción deportiva consiste en sentir las reacciones del coche. Sentir que nuestra propia manera de conducir se transmite perfectamente al vehículo. Y las sensaciones son especialmente importantes para los amantes del segmento premium. Por eso estos vehículos utilizan sus altavoces para transmitir el sonido preciso en el momento adecuado a sus conductores.

La cantante Dua Lipa en su campaña de colaboración con Jaguar
En línea con esta característica, Jaguar ha puesto en marcha una campaña en colaboración con Dua Lipa y el nuevo I-Pace. Para ello, se ha creado una nueva versión de su última canción, “Want to” a partir del estilo de conducción de la cantante. Los sensores inteligentes del vehículo captaron parámetros como su manera de acelerar o la energía consumida para generar datos que definirían la nueva versión de la canción.
En esta campaña, Jaguar invita a usuarios de todo el mundo a crear sus propias versiones personalizadas a partir de los datos generados por su manera de conducir, de las canciones que escuchan o de un ritmo interpretado en un dispositivo móvil.
* El WLTP (ciclo de pruebas en vehículos ligeros armonizado a escala mundial) es el nuevo proceso puesto en marcha a partir de 2017 que mide el consumo de combustible, el consumo de energía, la autonomía y las emisiones en los turismos en Europa. Este proceso está diseñado para obtener cifras más cercanas a las condiciones reales de conducción. Permite realizar pruebas en los vehículos con equipos opcionales siguiendo un procedimiento de comprobación y un perfil de conducción más estrictos. La autonomía del vehículo puede variar según el equipamiento y las llantas elegidas. Las cifras más bajas obtenidas son el resultado de someter el vehículo más pesado al Test Energy High.