El secreto para hacer una fritura perfecta
El Aceite de Orujo de Oliva es la mejor alternativa para freír alimentos. Hacer unas patatas o una tempura de verduras más ligera, sabrosa y saludable sí es posible
¿Existe la fritura perfecta? Y, lo más difícil, ¿puede ser saludable? La respuesta a estas dos preguntas es un rotundo sí. Es posible hacer unas croquetas, unas patatas fritas o una tempura de verduras y que sea más ligera, crujiente y sabrosa sin necesidad de descuidar nuestra dieta ni nuestra salud. El secreto está en el Aceite de Orujo de Oliva, considerado por recientes estudios científicos como el mejor aceite en lo que a frituras se refiere.
Se trata de una de las variedades de aceite de la familia del olivar. Un producto español que triunfa en medio mundo llegando a países como Estados Unidos, Reino Unido, Emiratos Árabes, Italia, México o Japón. Ahora vuelve a casa para hacerse un hueco en nuestras cocinas. Razones no faltan para incluirlo en la cesta de la compra, sobre todo, a la hora de freír.
El Aceite de Orujo de Oliva tiene unas potentes capacidades antioxidantes y es beneficioso para el sistema cardiovascular
Rentabilidad: Su principal beneficio a la hora de freír frente a otros aceites de semillas es su resistencia a las altas temperaturas. Estudios científicos han comprobado que su mayor resistencia a las altas temperaturas hace que pueda usarse más del doble de veces que los aceites de semilla más habituales.
Salud: Otra ventaja son sus propiedades saludables. El secreto está en su composición, ya que es muy rico en ácido oleico – hasta un 85% - un ácido monoinsaturado con beneficios para el sistema cardiovascular. Además contiene compuestos bioactivos con capacidades antioxidantes.
Sabor: Pero no acaban aquí sus beneficios porque sus características sensoriales neutras, realzan el sabor original de los alimentos.
Versatilidad: más allá de la fritura, el Aceite de Orujo de Oliva es un producto versátil que también funciona muy bien en otros preparados como salsas, sofritos, guisos y postres.
Con estas cualidades y una buena técnica, el Aceite de Orujo de Oliva es el ingrediente clave para la fritura perfecta. Entre otras recomendaciones, la temperatura ideal del aceite son los 180º, lo que favorece la formación de una fina película y proporciona esponjosidad al corazón de alimento, evitando el exceso de absorción de grasa.
¿Cómo hacer la fritura perfecta?
Para hacer una fritura perfecta, el mejor truco es que el aceite esté a 180ºC para empezar a freír, mientras que es deseable que los alimentos estén a temperatura ambiente.
No hay que mezclar distintos tipos de aceite en una misma fritura ni rebasar el punto de humo del aceite, porque se echaría a perder.
La cantidad de aceite en la sartén o la freidora debe ser contundente, de modo que los alimentos estén bien sumergidos y haya espacio entre sí.
Cortar los alimentos en piezas medianas o grandes, de forma que al freírlas se forma una costra alrededor de la superficie que impide la absorción en el interior de aceite. Solo así quedarán crujientes y no grasientas y, por tanto, serán menos calóricas y más saludables.
Adecuar el tiempo de cocción al tipo de alimento y lugar en el que se cocine. En general, es aconsejable no extenderse en el tiempo más de lo necesario.
Añadir sal si es necesario ya que, si la añadimos antes de la fritura, aportará humedad al alimento y al aceite.
Colocar los fritos en una fuente cubierta con papel absorbente, de modo que el exceso de aceite se elimine por sí mismo.
Parece obvio pero es esencial: consumir los alimentos de inmediato. De esta forma nos aseguramos de no perder ni un ápice de sus propiedades y evitamos que absorban más aceites, algo que ocurre cuando se enfrían.
Antes de guardar el aceite, es recomendable mantener el fuego encendido tras la fritura un par de minutos para que se evapore el agua que puede tener el aceite.
Para conservar el aceite hay que filtrarlo para eliminar los restos de alimentos y guardarlo en un recipiente alejado de la luz y tapado para evitar su oxidación.