La cuarta (y ética) etapa de madurez del Compliance
El Compliance ha irrumpido con fuerza en nuestro marco normativo, sobre todo a raíz de la reforma del Código Penal de 2015
La locución latina Societas delinquere non potest establece como un principio clásico del Derecho Romano la exoneración de responsabilidad penal de las personas jurídicas. Por tanto, el origen remoto del Compliance hay que buscarlo en otras tradiciones jurídicas como la Sajona o la Germánica, si bien su irrupción contemporánea data de los años setenta y ochenta del pasado siglo en EEUU, a raíz de varios escándalos de corrupción y financieros en los que se vieron inmersas importantes compañías.
Desde hace ya casi una década el Compliance ha irrumpido con fuerza en nuestro marco normativo, sobre todo a raíz de la reforma del Código Penal de 2015, que establece la necesidad de que los órganos de administración de las empresas adopten medidas de vigilancia y control y que puso fin a las dudas interpretativas que había planteado la regulación existente hasta la fecha (Ley Orgánica 5/2010).
Un encuentro con dimensión transoceánica
No obstante, sería un error analizar los retos y obligaciones a los que se enfrentan las personas jurídicas en esta materia desde una óptica legislativa nacional, porque una de las principales características del Compliance es su dimensión internacional, ya que trasciende los marcos normativos de los Estados.
Esta dimensión transoceánica requiere de foros en los que expertos de reconocido prestigio en la materia presenten las principales novedades sobre prácticas y tendencias en otros países. Entre todos ellos destaca El Congreso Internacional de Compliance, organizado por Thomson Reuters y la Asociación Española de Compliance (ASCOM), que se ha convertido el referente nacional e internacional para los profesionales del Compliance y que los días 31 de mayo y 1 de junio celebrará su tercera edición.
Evolución por etapas
Según explica su director, Alain Casanovas Ysla, en la actualidad “nos encontramos en la cuarta etapa de la curva de madurez del Compliance” y, por eso, “su futuro vendrá muy condicionado”. Casanovas detalla que en una primera etapa, las organizaciones que operaban en mercados regulados eran prácticamente las únicas en disponer de departamentos de Compliance, enfocados a velar por el cumplimiento de su normativa específica. En una segunda etapa, el aumento de la complejidad normativa pasó a ser un fenómeno que afectaba a cualquier tipo de organización, difundiéndose entonces la función de Compliance en el resto de empresas. En una tercera etapa, las organizaciones comienzan a sumar, dentro del perímetro de actuación de Compliance, las normas asumidas voluntariamente, junto con las de cumplimiento obligatorio. Y así llegamos a la cuarta etapa, donde los mandatos éticos no sólo conviven con las obligaciones legales, sino que constituyen su marco de interpretación: lo vemos en la Circular 1/2016 de la Fiscalía General del Estado y en las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo en 2016, que nos hablan abiertamente de la ética, a pesar de ser un elemento que no aparece reflejado en el Código Penal.
La irrupción de la ética es una tendencia de nivel internacional, “donde las comunidades dejan de tolerar conductas éticamente incorrectas aunque sean completamente legales. Esto nos abre un horizonte de Compliance muy vinculado con las prácticas de buen gobierno corporativo. En este Congreso escucharemos mucho hablar de la ética y su integración con el Compliance”, explica Casanovas.
LaLiga e Iberdrola, referentes en el mundo del Compliance
Entre los referentes en el mundo del Compliance que reúne el Congreso, destacan nombres como: Hui Chen, que ocupó una posición destacada en la Sección de Fraude del Departamento de Justicia de los Estados Unidos; Bartosz Makovicz, Director del Viadrina Compliance Center en Frankfurt Oder; Anatoly Yakorev, Director del Center for Business Ethics & Compliance de la International University y Emmanuel Farhat, Senior International Affairs Officer en la Agencia Anticorrupción de Francia.
Cabe destacar la presencia activa de instituciones y empresas como LaLiga e Iberdrola, que han dado su apoyo al evento como patrocinadores, desde su posicionamiento de entidades pioneras en la implementación de modelos de cumplimiento normativo. En concreto, LaLiga ha puesto en marcha diferentes iniciativas para asegurar la transparencia, el cumplimento y el control interno de la entidad para adaptarse al entorno legislativo actual, y extender igualmente dicha cultura a sus clubes/SAD afiliados. Según explica Esperanza Bernal-Quirós Gómez, responsable de Cumplimiento de LaLiga, la entidad, “aspira a erigirse en un referente en materia de Cumplimiento, Transparencia y Buen Gobierno Corporativo, y desde dicha perspectiva, crear valor para el deporte en general y el fútbol en particular, no sólo para nuestros clubes afiliados, sino también para cualesquiera otras organizaciones deportivas en cualquier parte del mundo”.