Asesor financiero, el nuevo entrenador de tu ahorro
Ante un mercado financiero volátil y marcado por la incertidumbre, la ayuda experta y personalizada es la mejor opción a la hora de ahorrar e invertir
La volatilidad económica, la contracción del gasto público con el problema de la pensiones en el punto de mira, la montaña rusa de las bolsas, las repercusiones de las crisis políticas o las fusiones y movimientos dentro de la banca. Cada día desayunamos con titulares que generan una sensación de incertidumbre a nivel global y local y nos hacen preguntarnos qué hacer con nuestros ahorros para no perderlos ni ser presas de esta inestabilidad.
Partiendo de la evidencia de que todos necesitamos ahorrar, especialmente a medio y largo plazo, la pregunta clave es cuándo empezar y cómo hacerlo para no sufrir con la volatilidad. Nuestra vida se construye en objetivos: pagar la hipoteca, la universidad de los niños, asegurar la jubilación, montar un negocio, poder hacer un viaje soñado, enfrentar una situación familiar imprevista... y para todos ellos necesitamos dinero y previsión. Por eso, ante una situación de incertidumbre como la actual y las dificultades que se puede encontrar el pequeño y medio ahorrador, la clave es contar con la ayuda de un experto para que nuestros ahorros no se vean afectados por la vorágine actual.
El asesor financiero es un coach financiero que base su relación con el ahorrador en tres pilares: cercanía, escucha y preocupación real por el cliente
En este sentido, la figura de un asesor financiero es fundamental porque no solo ayuda a gestionar el ahorro sino a crearlo. El asesor financiero es quien apoya al ahorrador a planificar sus objetivos y, en función de estos, le propone la estrategia de inversión más adecuada y los productos financieros que se ajustan a su caso. Siempre lo hará asesorando al cliente de una forma personalizada para que, según sus metas particulares, consiga sus objetivos independientemente de la situación que viva el mercado.
Gracias a su formación continuada y actualizada y a su experiencia, un asesor financiero aporta serenidad y calma, tranquilidad en suma, a nuestras inversiones. Cuando hablamos de nuestro dinero es difícil dar pasos de manera racional y él sabe tomar esas decisiones correctas sin dejarse influir por el pánico o la euforia que, lógicamente por el componente emocional personal, puede derivar en decisiones perjudiciales.
En definitiva, el asesor financiero tiene que ser un coach financiero que base su relación con el ahorrador en tres pilares: cercanía, escucha y preocupación real por el cliente. Que cree un plan a medida para cada persona basado en una estrategia de ahorro a medio y largo plazo. Es un experto del ahorro, por eso su trabajo no solo es gestionarlo sino ayudarte a crearlo. Y lo más importante, está al servicio del ahorrador, no del banco.
La clave, según los asesores financieros, es empezar a ahorrar cuanto antes. Y para minimizar el riesgo recomiendan una inversión diversificada y a largo plazo. Gracias a la cercanía e implicación, están disponibles para el ahorrador en todo momento para atender consultas, dudas y, sobre todo, demostrarte que puedes estar tranquilo porque la transparencia es su máxima. Además de que tú éxito es el suyo porque el asesor financiero no es un empleado de una entidad bancaria sino un emprendedor con vocación de servicio al cliente que no quiere vender productos. Trabaja por y para el ahorrador porque el éxito de su carrera profesional dependerá de la satisfacción y confianza de sus clientes y, por ello, todo lo que le ofrecerá serán productos que se adaptan de verdad a sus objetivos y necesidades y que son buenos para hacer crecer sus ahorros.
UNA PROFESIÓN CON FUTURO
Las convulsiones en el sector financiero no solo se quedan en el terreno de la inversión. Los empleados de banca están llamados a reciclarse y evolucionar ante un sector marcado por la incertidumbre, las fusiones y reestructuraciones y la revolución digital que hace que el cliente demande servicios en tiempo real. Entre 2007 y 2015 cerraron 14.000 oficinas y más de 75.000 empleados fueron amortizados. Dos datos que dejan constancia de que la evolución de la profesión es una necesidad y, sobre todo, una realidad.
Es por eso por lo que la profesión de asesor financiero es una de las mejores alternativas de futuro porque los nuevos clientes exigen nuevos asesores. Se trata de un perfil con vocación de emprendedor y servicio al cliente que debe tener clara la importancia de estar en constante actualización y saber acompañar a su cliente construyendo una relación basada en la ética y en la confianza. En este nuevo escenario digital y global, el asesor financiero sí puede tener una larga carrera profesional por delante. Sus ingresos estarán ligados a la estabilidad y las relaciones que construya a largo plazo porque su futuro depende de la satisfacción de sus clientes.
Este nuevo modelo de asesores financieros personales se está extendiendo de manera progresiva por las entidades financieras. Entre ellas, Banco Mediolanum cuenta con la segunda red de profesionales financieros, los Family Bankers, más grande de España y la primera que tiene a sus asesores financieros como único canal de asesoramiento con los clientes.