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Velvet Colección: La serie que marca estilo

Hay ficciones que nos hacen soñar, recordar otras épocas y que incluso marcan tendencias.

Nuria Hernandez

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Podríamos decir que con Velvet Colección nos pasará algo así desde el primer capítulo. La serie ya puedas verla en Movistar+ y el año 1967 será el punto de partida para la continuación de esta historia protagonizada por Marta Hazas. El final de la década de los 60 y el inicio de los años 70 nos dejará grandes momentos estilísticos muy diferentes a la primera parte de la ficción, pero como siempre, cuidados al detalle.

Repasamos cuáles son las claves de estilo y decoración que nos harán soñar con esos maravillosos años.

Brigitte Bardot y Jackie Kennedy, iconos de estilo. A finales de los 60 llegan las minifaldas y, sobre todo, arranca la época de los pantalones para las mujeres. Dos mujeres muy diferentes se convierten en iconos de moda también en Velvet Colección: la francesa y sex symbol Brigitte Bardot y la americana más elegante de todos los tiempos, Jaqueline Kennedy. En esos años triunfa el look ‘aniñado’ con minivestidos de corte trapecio, botones como adorno y color, mucho color. Estampados psicodélicos y vestidos monocolor con ribetes en otro tono adornados por pendientes largos y maxi collares son algunas de las claves con las que veremos a las protagonistas de la ficción. Incluso veremos a la “verdadera BB” (Brigitte Bardot) interpretada  interpretada por Patricia Conde con pantalones de campana (uno de los must de la época) y con pamela y gafas de sol XXL con montura negra que casi cubren el rostro, dos de los accesorios que ahora vuelven con fuerza este otoño 2017. Además, en los años 70 comienza a haber diseñadores de moda masculinos, sastres que empiezan a lanzar colecciones prêt-à-porter también para ellos.

A finales de los 60 llegan las minifaldas iconos de moda también en Velvet Colección

El estilo industrial tan de moda hoy… ya triunfaba en los 70. El vinilo y el cuero fueron los grandes protagonistas en decoración en la década de los 70. Butacas y sofás forrados por estos materiales eran todo un lujo que sólo podían permitirse los más adinerados, por lo que el escay se convirtió en el sustituto perfecto para aquellos que pertenecían a la clase obrera. Hoy podemos ver en tiendas de decoración decenas de muebles de estilo industrial en madera maciza con detalles de metal en patas o apliques, pues bien, esta tendencia se impuso en los años 70 y también la veremos reflejada en la ficción de Movistar+.

Muebles con patas tubulares y muy cortitas, pequeños aparadores en madera de teca aportaban un estilo hipermoderno a la estética de esta época. Como accesorios, el cristal de Murano inundó lámparas de mesa y la bola de espejos empezó también a colgar de los techos en los salones más espectaculares. El sofá cama fue la gran novedad a finales de los 60, un mueble que hoy es más que habitual en cualquier hogar ‘moderno’.

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El bambú como símbolo de ‘rebeldía’. En el año 1974 se estrenaba en Francia la película ‘Emmanuelle’, censurada en España debido a su contenido erótico. El cartel de la cinta retrataba a la protagonista sentada semidesnuda en un gran sillón de bambú y, por supuesto, se convirtió en todo un símbolo de la época. Tener uno en tu casa era algo transgresor, todos sabrían que habías visto la película más allá de nuestras fronteras y aportaba un toque internacional a la decoración del hogar. Los muebles de fibras naturales como el bambú, el ratán, o el mimbre se ponen de moda en comedores y salones, eran muebles más baratos que los de madera maciza y con un estilo diferente que gustó mucho en la época. Se combinan con cojines o tapizados en colores alegres. Los muebles más rústicos también estaban de moda. La madera de pino fue un boom a finales de los años 60, sobre todo en muebles auxiliares como sillas o cómodas. Era todo un símbolo de la clase media de la época. Y añadiendo un toque natural a la decoración, las plantas colgantes no podían faltar. Sí, hoy están muy de moda como estilo tropical pero las verás en Velvet Colección decorando salones y hasta baños.

El mueble bar. El objeto estrella en cualquier casa de postín a finales de los años 60. Recibir una visita y ofrecerle una copa, sacar una botella y el vaso de la cristalería de la boda podemos decir que era casi un ritual en los hogares de clase alta de la época. Podía ser un mueble por sí mismo, siempre bajo y con patas cortas de madera, o estar dentro de una librería de pared o un mueble vitrina, que comenzaron a fabricarse también en esos años. Los que podían pagarlo, optaban por una barra forrada de escay con algún detalle en metal y una vitrina con cristales de espejo en las puertas a juego. Completaban el salón las moquetas más coloridas y de hilo largo y los primeros muebles para la televisión.

En 1969, el 62% de los hogares españoles contaban con un televisor y costaba entre 15.000 y 20.000 pesetas.

El auge de los electrodomésticos. Ahora no hay hogar sin televisión, ni lavadora ni lavavajillas ni frigorífico, pero hace algo más de 40 años no era lo más habitual. En 1969, el 62% de los hogares españoles contaban con un televisor y costaba entre 15.000 y 20.000 pesetas. La tele en color no llegaría hasta comienzos de los 70 y los aparatos se convertían además en un mueble más de la casa sobre el que colocar objetos de decoración como figuritas o paños de ganchillo.

Uno de los grandes avances en esos años fue la llegada a España de la lavadora automática allá por el año 1966. Pero pocos podían tener una casa debido a su elevadísimo coste. La estrella en ese momento fue la Superautomática T500 de Balay, primera empresa en producir este electrodoméstico. Algo parecido sucedía con la nevera que, pese a haber sido introducida en nuestro país en los años 50, tuvieron que pasar todavía unos años para que acabaran llegando a los hogares menos pudientes. A finales de los 60, cuando un obrero cobraba 3.000 pesetas, una nevera corriente no bajaba de las 11.000, casi el sueldo de cuatro meses. Por supuesto, todo aquel que tenía una quería lucirla y esos paneles para cubrir los electrodomésticos que tan de moda están hoy, en aquella época eran algo inimaginable.

El teléfono. En la década de los sesenta, el teléfono empieza a dejar de ser un artículo de lujo y su instalación comienza a generalizarse. En esos años, el teléfono estrella es el modelo Heraldo, fabricado en varios colores tanto de sobremesa como de pared. No sería hasta finales de los 70 cuando apareció el modelo Góndola, tan popular en las siguientes dos décadas. Otro de los modelos más reconocibles de ese momento, y con el  que veremos hablar al personaje de Marta Hazas en Velvet Colección en más de una ocasión, era el Ericófono (o teléfono cobra por su semejanza a la forma de una serpiente).

En la década de los sesenta la instalación de teléfonos en los hogares comienza a generalizarse.

La máquina de escribir. Creada por el arquitecto y diseñador italiano Ettore Sottsass en 1969, la máquina de escribir Olivetti Valentine revolucionó el mercado por su facilidad de transportación y el accesible precio ofertado.  Fue la primera en considerarse portátil y es una de las piezas más valiosas en la colección del MoMA en Nueva York, además de valerle numerosos premios a Sottsass y el reconocimiento como uno de los diseñadores más importantes de todos los tiempos. Hoy tener una sí que sería un lujo decorativo al alcance de muy pocos entre tanto ordenador portátil y tablets de última generación.

Los coches. Por supuesto no podemos obviar en este repaso la industria del motor en esos años y que veremos reflejada en la serie. Desde 1968, todos en España queríamos tener un Fiat 127, el más deseado de los coches de la época y es que se fabricaron algo menos de 900.000 unidades. Las dimensiones y características del Renault 12, el conocido como R12, que llegó a exportarse a Estados Unidos, le hacían rivalizar con el SEAT 124. ¿En qué coche llegará en el primer capítulo Ana Rivera (Paula Echevarría) a las nuevas Galerías Velvet? Desde hoy podrás verlo en Movistar+ en el servicio Bajo Demanda y no te pierdas su cita semanal en #0, el canal exclusivo de Movistar+.