Hygge, gemütlichkeit, gezelligheid… la esencia del momento que nos hace felices
Hay muchas maneras de nombrarlo, pero es muy difícil definirlo. Lo mejor, sin duda, es sentirlo.
El hygge, como la felicidad, es un concepto que existe, pero que se nos escapa de las manos en cuanto intentamos definirlo. Se trata de un término acuñado por los daneses, que son los ciudadanos más felices del mundo según el Informe de la Felicidad 2016 de la ONU. Hygge sirve para denominar todo aquello que contribuye a que pasemos un rato reconfortante y agradable. O la sensación acogedora de cenar en casa de un querido amigo. O las tardes de sofá, manta y película. La respuesta depende del danés al que preguntemos.
Loewe extrae la esencia minimalista del concepto Hygge para inspirar su nueva fragancia Solo Loewe Esencial.
Sea como sea, el hygge no es más que una manifestación local de algo universal. De hecho, en Alemania hablan del gemütlichkeit, que tiene que ver con la sensación de bienestar a la que contribuye la buena compañía, por ejemplo, cuando se disfruta de una cerveza en un biergarten al salir de trabajar.
Los holandeses, por su parte, emplean el término gezelligheid para (intentar) definir aquello que aportan las personas, momentos, sensaciones y lugares relajantes, cómodos, acogedores y amigables, entre otros muchos adjetivos apetecibles. En este sentido, lo más similar que tienen los ingleses en su repertorio es cosiness, una palabra que tiene mucho que ver con la intimidad, la comodidad y sentirse a gusto.
Todos estos conceptos, sin importar su país de procedencia, tienen en común que son difícilmente traducibles e incluso a aquellas personas que los emplean constantemente les cuesta concretarlos. Sin embargo, sí que se dejan sentir. En todos ellos, la búsqueda de lo esencial, de aquello que nos hace estar bien y nos ayuda a ser amables con nosotros mismos, es fundamental.
El placer de lo sencillo
Lo primero para alcanzar esa sensación de hygge, gemütlichkeit o como deseemos denominarla es encontrar tiempo. En un mundo en el que nos vemos sumergidos cada día en una espiral de velocidad, es necesario guardar un paréntesis que nos permita levantar el pie del acelerador y dedicarnos a cualquier placer sencillo como puede ser leer un libro en un rincón agradable de nuestra casa, disfrutar de un baño caliente, cocinar un bizcocho, sentir el sol de primavera en un parque o contemplar el atardecer.
En nuestra búsqueda del hygge, la compañía es una gran ayuda. Tratar de reservar un momento agradable para compartirlo con personas esenciales en nuestra vida es una de las mejores maneras que existen para atraer la felicidad. Tal vez situaciones como disfrutar de un juego de mesa con esos amigos a los que nunca renunciaríamos o compartir una cena agradable en casa con la familia nos ayuden a visualizar lo importante que es la compañía cuando es de verdad especial.
Hygge sirve para denominar todo aquello que nos ayuda a disfrutar de un rato reconfortante y agradable
Los pequeños detalles también nos pueden ayudar a construir esos oasis acogedores en nuestras vidas. Los daneses, que pasan mucho tiempo dentro de sus hogares por la climatología de su país, recurren a elementos como las chimeneas, las velas, las bebidas calientes, la iluminación tenue o un mantel bonito. Todos ellos, conceptos que nos ayudarán a disfrutar sin distraernos de lo esencial, que son las personas y las actividades a las que nos abandonemos.
Por último, aunque no menos importante, es fundamental vivir el momento. De nada sirve reservar tiempo, pensar en una actividad que vibre con nuestra esencia, encontrar nuestra compañía favorita y buscar un ambiente agradable, si nuestra mente se encuentra a kilómetros de allí. Eliminar distractores como los teléfonos móviles o dejar resueltos asuntos pendientes con antelación puede marcar la diferencia entre un momento con hygge y otro que no lo tiene.
La esencia que nos hace únicos
La vuelta a lo fundamental es la clave que nos permite encontrar el hygge. En un mundo rodeado de elementos materiales, es necesario buscar esa esencia que nos hace únicos y singulares.
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