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El ajetreo de la ciudad, el ritmo de vida constante o el ruido son algunos de los motivos por los que Raquel González, de 28 años, y su pareja dejaron Vigo para trasladarse a una pequeña aldea del Ayuntamiento de Rubiá. Esta joven quería dejar atrás todo eso, «estaba un poco cansada», por lo que decidió dar un giro completo a su vida y volver a sus raíces.
Lo hizo a través del programa 'Volver al pueblo' de Coceder, rellenando un formulario en su página web y rápidamente la derivaron a la zona del Bierzo, la más cercana en localización. Así, contactó con el CDR Afa Bierzo, que puso a su disposición su mapa de recursos.
En su caso, Raquel no necesitaba vivienda ya que tenía la casa de su abuelo en una aldea de Rubía, muy cerca de la frontera gallega con el Bierzo, pero sí un empleo -su pareja ya se mudó con un trabajo en una empresa de paquetería-. En Vigo trabajaba en un establecimiento de comida rápida «y por eso en sí el trabajo no era una cosa que me fastidiase mucho dejar porque no era algo que me llenara profesionalmente, así que por eso también decidí moverme».
Así, con ese mapa de recursos esta joven gallega pudo acceder una serie de ofertas de empleo, a un directorio de empresas «en las que poder buscar o enviar currículums», siempre con el acompañamiento de los técnicos de Afa Bierzo. «Tuve varias entrevistas con orientadoras laborales, además de estar en contacto con Laura, la técnica de despoblación de Afa Bierzo, y conseguí un trabajo para verano», explica Raquel, que está en un supermercado del Barco de Valdeorras.
En ese sentido, considera que al haberse mudado antes de la época estival le ha ayudado en la consecución del trabajo «porque estacionalmente hay más empleo, sobre todo por esta zona» y también «como forma de introducirte en el sitio, en mi caso por lo menos». Y aunque ya tiene un empleo, valora muy positivamente el seguimiento del programa 'Volver al pueblo', que ya desde el inicio la llamaban con ofertas de puestos de trabajo que le podrían encajar o incluso en la actualidad, que «me llamaron para decirme que había un trabajo en Ponferrada, que le encajaba bastante conmigo aunque no fuera mi ámbito de formación profesional».
Lo que tiene claro Raquel González es que el cambio de vivir de una ciudad a un pueblo es muy grande, «hay diferencias, algunas positivas y otras negativas» pero en general «es fenomenal». «Desde el primer momento me sentí mucho más a gusto aquí, hay mucha más cercanía con los vecinos, mucho silencio, que es lo que me apetecía, y a la vez tienes ese contacto con los vecinos, no te sientes solo aunque haya poca gente», asegura.
Una camaradería que les ha llevado incluso a adoptar entre varios una burra y que le ha permitido también mantener el contacto con un familiar que conoció precisamente en Puente de Domingo Flórez y que es el conocido pastor y músico natural de Pombriego Edilberto Rodríguez, que le ha dado varios consejos para poder cuidar al animal.
Toda una aventura de la que Raquel González está muy satisfecha y de la que no se arrepiente de haber cambiando la ciudad por el pueblo.
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