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Telas, tijeras, aguja e hilo y las manos de 11 voluntarias han sido los ingredientes necesarios para sacar adelante una iniciativa solidaria en Vega de Espinareda. Se trata de cojines en forma de corazón que ayudan a las pacientes que sufren cáncer de mama después de ser operadas.
Es una propuesta que surgió bajo el paraguas del Ayuntamiento pero cuya cabeza pensante ha sido Begoña Gómez, trabajadora municipal que se fijó en una asociación de Asturias que realizaron estos corazones «y me pareció muy buena idea y que era algo que podíamos hacer aquí».
Se puso en contacto con el colectivo asturiano, que les facilitó sin ningún tipo de problema el patrón del cojín, ya que «tiene que tener unas medidas especiales y un peso específico». En ese sentido, explica que la forma de corazón tiene su porqué,«se acoplan muy bien a la axila para la recuperación tras la operación».
Pero no se quedaron ahí. A raíz de experiencias familiares, cuando a estas mujeres les dan el alta en el hospital salen con drenajes, que los tienen que llevar, algunas poco tiempo y otras más de un mes, metidos en bolsas o colgados del hombro, con los consiguientes problemas que eso puede acarrear. Por ese motivo idearon una «drenajera», un nombre inventado por ellas, que «es una especie de bolso que va con una correa en la cintura», asegura Begoña, que añade que así «evitan cargarse el hombro y pueden llevar los cables por dentro de la ropa sin correr el riesgo de enganche».
Así, con las telas que habían traído de sus casas y que incluso gente que no había podido acudir les había facilitado, las once voluntarias, de todas las edades, se dividieron en grupos. Unas marcaban y cortaban el patrón, otras cosían a máquina, otras rellenaban los cojines y otras cerraban las costuras a mano.
Una tarea que repitieron con las «drenajeras» y que les llevó a elaborar un total de 16 unidades de cada uno, que además después envolvieron con mimo de forma individual e incluyeron un mensaje de ánimo. Ellas pusieron el trabajo desinteresado y el Ayuntamiento de Vega de Espinareda se encargó de aportar todo el material: el relleno específico de algodón, las correas, los enganches y demás.
Todo ello para realizar estas creaciones que entregaron en la planta de Cirugía del Hospital El Bierzo «para que cuando se opera a alguien allí y les den el alta se lleven el corazón y la drenajera o el que les haga falta de los dos», añade Begoña Gómez.
Un «pequeño gesto» pero que para las enfermas de cáncer de mama es muy grande. De hecho, un hombre les hizo llegar un mensaje a través de las redes sociales para agradecerles «el gesto y el trabajo» porque su mujer había salido del centro hospitalario, tras someterse a una intervención quirúrgica, con el cojín en forma de corazón.«Nos hizo mucha ilusión porque ves que se está cumpliendo el objetivo que queríamos. Llena mucho el corazón, es un detalle mínimo que a veces hace mucho», señala.
Es por lo que esta iniciativa, que ya habían realizado con anterioridad, se volverá a repetir con toda seguridad, «para aportar nuestro pequeño granito de arena» y ayudar a personas que están pasando por un momento complicado.
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