Compostilla II, el último vestigio de la minería en El Bierzo
La comarca despide el 2020 con la térmica de Cubillos como el único símbolo 'vivo' de su pasado minero tan solo un año después de que cerrar la última mina que permanecía activa y en puertas de decir adiós a uno de los estandartes del sector que la dejará huérfana del oro negro que protagonizó su esplendor económico
carmen ramos
Ponferrada
Viernes, 25 de diciembre 2020, 09:21
La comarca cierra el año 2020 con la central de Compostilla II como último vestigio de la minería en El Bierzo. Un año después de que la última explotación de interior cerrara sus puertas, la comarca vive la cuenta atrás del proceso de desmantelamiento de un sector que la dejará huérfana del oro negro que protagonizó su esplendor económico.
Una cuenta atrás en la que también ha entrado la térmica de Cubillos del Sil, que afronta el desmantelamiento de los grupos 1 y 2 con la vista puesta ya en las labores para echar por tierra también los grupos 3, 4 y 5 de cara al comienzo del nuevo año. Todo ello en una comarca que agota sus últimos cartuchos y que aguarda ansiosa la imperiosa llegada de nuevos proyectos ligados a las 'energías limpias' que hagan sostenible la vida de su economía y a la par la de sus pobladores.
La decisión de Endesa de no asumir las mejoras ambientales exigidas por Europa para poder continuar la actividad puso la puntilla el pasado día 1 de julio a la térmica berciana, que, junto a otras 14 del territorio nacional, dejó de estar operativa para la generación de energía eléctrica, con la consiguiente pérdida de empleo y riqueza para El Bierzo.
«Hoy se apagan definitivamente más de la mitad de nuestras térmicas de carbón. Durante décadas han contribuido al progreso del país. La salud y medio ambiente, la seguridad climática y su coste nos hacen pasar página, pero no olvidamos su aportación ni la de las familias de sus trabajadores. Queremos agradecerles su dedicación y facilitar una transición justa», fueron entonces las palabras de despedida de la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, en su cuenta de Twitter.
Compostilla II se convirtió durante seis décadas en el baluarte de un sector minero que multiplicó los puestos de trabajo y creó riqueza en las zonas mineras del Bierzo y Laciana durante décadas. Su construcción a finales de los años 50 para la producción de energía con la quema del carbón que se extraía de las cuencas mineras de la zona supuso un espaldarazo para la economía de ambas comarcas y una fuente de empleo en un sector que parecía inagotable.
La térmica berciana vivió entonces sus momentos de gloria con cerca de 3.000 millones de megavatios de producción y 124 millones de toneladas de carbón consumidas. Pero llegó el 2018 y con él el fin de la minería. En un giro de los acontecimientos, la compañía consideró entonces «inviable» acometer la inversiones en la térmica ubicada en Cubillos del Sil para que cumpliera los límites de emisiones marcados por la Unión Europea.
Apuesta por 'energías limpias'
El humo del carbón dará paso a los proyectos de energía eólica y solar que Endesa proyecta para El Bierzo para paliar el cierre de Compostilla II y que supondrán una inversión de 600 millones de euros para instalaciones renovables que producirán hasta 700 megavatios (MW) y cuya construcción la eléctrica estima que crearán cerca de 3.000 puestos de trabajo que pasarána a 55 una vez que estén operativas.
Endesa confía también en que el Plan Futur-e permita dar un espaldarazo a la economía de la comarca generando nuevos usos en los terrenos donde se ubica la central. Hasta el momento la compañía apoyada por la Universidad de León (ULE) ha seleccionado una docena de proyectos vinculantes de los 30 presentados.
En materia de empleo, la eléctrica anunció que buscaría 'encaje' a los 144 empleados de la central, si bien a día de hoy el proceso sigue chocando con el comité de empresa debido, en algunos casos, a una recolocaciones «traumáticas» que obligan a desplazarse a los empleados a puntos tan alejados del Bierzo como Canarias, Melilla o Baleares. Tampoco están satisfechos los empleados de las empresas auxiliares. A pesar del compromiso de darles prioridad en los trabajos de desmantelamiento, buena parte de ellos se han quedado por el camino, perdiendo su puesto de trabajo, y, en algunos casos, soportando una cadena continuada de Expedientes de Regulaciones de Empleo (ERTE) que les mantienen dos años después contra las cuerdas.
Ahora, con dos años sin salir humo de su chimenea y ya inutilizada para generar energía eléctrica, la central de Compostilla II afronta un periodo de cuatro años para acometer un desmantelamiento definitivo que apagará la térmica de carbón y cuya historia quedará en el recuerdo de las cuencas mineras.
Mientras tanto, El Bierzo mira a un futuro que se presenta incierto pero se muestra decidido a afrontar esta nueva etapa cual Ave Fénix con el convencimiento de que también esta vez resurgirá de sus cenizas.