
La central de Anllares dice adiós a su último emblema: la torre de refrigeración
Este jueves a las 13:00 horas se procederá a la voladura de la última chimenea que permanece en pie en las instalaciones de la térmica
La central térmica de Anllares despedirá este jueves el último emblema que permanece en pie en las instalaciones: la torre de refrigeración, tras el derribo en noviembre de la chimenea y en mayo de la caldera.
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La torre de la térmica tenía como función enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operatividad de la central. Tiene una altura de unos 110 metros y su diámetro en el suelo es de casi 80 metros, representando su forma hiperboloide un volumen de unos 745.000 m3 y un peso de más de 8.000 toneladas.
La voladura tendrá lugar a las 13.00 horas y en ella se van a utilizar un total de 48 kilos de dinamita y 850 metros de cordón detonante y, cumpliendo las medidas de seguridad, se han realizado los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. A su vez, se ha comprobado la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas.
Estas actuaciones forman parte del desmantelamiento de la instalación, que abarca todas las instalaciones de producción, y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, donde se ha finalizado ya más del 80% de los trabajos contemplados en el propio desmantelamiento, a cargo de la empresa vasca Lezama Demoliciones. Con esta actividad se da empleo a alrededor de 60 personas, que han completado más de 138.000 horas de trabajo.
La central térmica de Anllares, situada en Páramo del Sil, es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%), comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018.
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