Camponaraya cierra una nueva edición de su tradicional feria de perros de caza

Camponaraya ha celebrado su tradicional feria de perros de caza tras un fin de semana marcado por el temporal que ha afectado a toda la península. Las inclemencias del tiempo han supuesto un duro varapalo para la organización, que tenía prevista la llegada de un mayor número de participantes para esta XLIII edición.

Pese al sabor agridulce, el ayuntamiento ha recalcado la buena acogida del evento por parte de un público local que siempre ha sido parte activa de la realización del festival.

La lluvia estuvo presente a lo largo de día en el municipio, aunque dio un respiro en el momento de la celebración de las pruebas. Tanto el rastro de jabalí celebrado por la mañana como el que tuvo lugar por la tarde se pudieron llevar a cabo con total normalidad. En cuanto a las degustaciones y comidas que estaba previstas, la posibilidad de moverlas al recinto ferial de la localidad permitió combatir el mal tiempo.

Otro de los éxitos de la feria fue la experiencia de «VirtualGun», que atrajo la atención de propios y extraños hacía el mundo de la simulación de tiro profesional. Un sábado de gran movimiento en Camponaraya que finalizó con una nueva ronda de pinchos en los bares de la localidad poco antes del cierre de la feria.

El domingo se presentaba como otro día atractivo con un cartel cargado de actividades para todos los públicos, siempre y cuando el cielo nublado diera tregua a los expositores y participantes. Como ya sucedió el día anterior, las actividades pudieron realizarse con relativa normalidad, salvo el concurso de belleza canina. A media mañana, una fuerte lluvia impidió a los participantes realizar la prueba en el exterior, lo que motivó el desplazamiento del evento a una zona interior. Totalmente abarrotada, decenas de personas llenaron la sala para poder presenciar uno de los platos fuertes del festival. Para la entrega de premios, el temporal remitió y se pudo obsequiar a los ganadores en la zona exterior.

La exhibición de Agility, que contó con la participación de un miembro de la selección española, también estuvo muy pendiente de las nubes que sobrevolaban el municipio.

Como vino siendo habitual durante el finde, la lluvia remitió momentos antes del inicio de la prueba. Decenas de personas pudieron apreciar una actividad que puso el broche final a un festival marcado por las bajas temperaturas y el mal tiempo. A pesar de este inconveniente, decenas de personas pudieron ver de cerca un festival clave para la localidad. Muchos expositores y vendedores optaron por no ir a la feria, pero los que si se dieron cita quedaron bastante satisfechos, en especial gracias a una organización que puso todo de su parte.

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