Cacabelos celebra su tradicional Feria de la Cruz de Mayo
La muestra es la más antigua de Castilla y León, reúne en torno a 500 puestos a lo largo de cinco kilómetros y atrae a más de 10.000 visitantes
Cacabelos se prepara un año más para la Feria de la Cruz de Mayo, la tradicional muestra que el 1 de mayo reúne en torno a 500 puestos de todo tipo de productos a lo largo de aproximadamente 5 kilómetros por la vía que atraviesa todo el municipio, la carretera LE-713, y que atrae a más de 10.000 visitantes en una sola jornada.
Comerciantes, artesanos y ganaderos de toda España se citan en la villa del Cúa con una amplia variedad de productos en sus puestos, ofreciendo desde artesanía (madera, cuero, cerámica), herramientas (utensilios de cocina, de labranza o herrajes de caballería), maquinaria agrícola (tractores, desbrozadoras), textiles (ropa, complementos, mantelería), ganadería o gastronomía (pulpo a feira, churrasco, dulces, quesos, embutidos, bacalao, ajos, frutos secos, pan, miel o frutas). Precisamente uno de estos productos, el aclamado pulpo, suma a la feria un importante valor cultural, asociado a una de las manifestaciones gastronómicas por excelencia en Cacabelos.
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Además de ser uno de los eventos más señalados del calendario de la localidad berciana, la Feria de la Cruz de Mayo cuenta con más de 700 años de antigüedad, lo que la convierte en la más antigua de Castilla y León y una de las más longevas de España.
El origen de la Feria, también conocida como Feria de San Marcos, data de 1291, cuando el Rey Sancho IV concedió el privilegio para su celebración a Don Rodrigo, arzobispo de Santiago. El monarca firmó el documento por el que autorizaba la celebración de las ferias durante quince días a partir de San Marcos (25 de abril), aunque actualmente su celebración se limita a un día.
Su popularidad, además, se ha visto reflejada en diversas obras literarias, como la obra cumbre de Enrique Gil y Carrasco, «El Señor de Bembibre» (1844), o «La niña de los embustes», de Teresa de Manzanares (1632).
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