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Andrea Lamas en la popularmente conocida 'plaza de los portales', en Camponaraya, con su casco y el mono de competición. Álvaro Pérez

La berciana que brilla en el Campeonato Nacional de Rallyes: «Piloto y copiloto es una especie de relación matrimonial»

Andrea Lamas completa una temporada histórica junto a Francisco Dorado y el equipo ARVidal, alzándose en Granada con el subcampeonato de España

Álvaro Pérez

Ponferrada

Martes, 9 de diciembre 2025, 08:22

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La temporada de Andrea Lamas ha sido, por derecho propio, una historia de superación. Tras una grave lesión que la mantuvo alejada de los tramos durante dos años en 2016 sin saber si iba a volver a los circuitos, la copiloto berciana regresó a la competición con más fuerza y determinación que nunca. El pasado 26 de noviembre, el Ayuntamiento de Camponaraya, su pueblo de toda la vida, reconoció su logro: el subcampeonato de España de Rallyes de Tierra en la categoría de copilotos, junto a Francisco Dorado y el equipo ARVidal.

Para Andrea, recibir el homenaje en su municipio fue un motivo especial. «Es algo que me hace muchísima ilusión… para mí es un honor y un orgullo. Siempre voy por toda España diciendo que soy de Camponaraya, o sea que es la guinda del pastel».

Desde el primer rally de la temporada en Cáceres, Andrea y Francisco afrontaron un año lleno de incógnitas. Para ellos, el campeonato completo de tierra era una experiencia inédita y novedosa. «Empezamos la temporada en el Volkswagen Polo en el rally de Cáceres y hemos ido cogiendo experiencia durante todo el año, ya que el campeonato de España de tierra es la primera vez que lo corremos entero», recuerda.

Esa búsqueda constante de aprendizaje los llevó a participar en pruebas por toda España, Pozoblanco, Lanzarote, León, Galicia y Granada, además del Rally del Bierzo, el único en asfalto en el que participaron.

Comienzo con «muchos errores»

Al principio, la dupla no tenía claro hasta dónde podían llegar. «Comenzamos cometiendo muchos errores, la verdad… a principio de año no contábamos con el subcampeonato ni de lejos», confiesa Andrea. Pero a medida que acumulaban kilómetros y experiencia, la confianza crecía. Cada tramo recorría no solo distancia, sino también un camino de superación técnica y personal.

Andrea Lamas en el rally de Granada (A), Skoda Fabia RS Rally2 que estrenaron en el rally de Granada. La copiloto enseñando el casco de competición. Bruno Penas/ A. Pérez
Imagen principal - Andrea Lamas en el rally de Granada (A), Skoda Fabia RS Rally2 que estrenaron en el rally de Granada. La copiloto enseñando el casco de competición.
Imagen secundaria 1 - Andrea Lamas en el rally de Granada (A), Skoda Fabia RS Rally2 que estrenaron en el rally de Granada. La copiloto enseñando el casco de competición.
Imagen secundaria 2 - Andrea Lamas en el rally de Granada (A), Skoda Fabia RS Rally2 que estrenaron en el rally de Granada. La copiloto enseñando el casco de competición.

El subcampeonato llegó en Granada, tras una temporada marcada por la regularidad y el aprendizaje constante. «Según iban pasando los rallyes y haciendo kilómetros en el coche y en el certamen nos fuimos planteando cosas más serias y al final en el Rally de Granada lo conseguimos, estuvimos peleando hasta el final, hasta el último rally».

Una día antes el coche estaba en República Checa

Parte de esa progresión estuvo ligada al cambio de coche. Andrea y Francisco comenzaron con un Volkswagen Polo R5, un vehículo fiable pero veterano, y terminaron la temporada con un Skoda Fabia RS Rally2, uno de los modelos más avanzados del panorama internacional. «Fue un poco caótico porque conseguimos traerlo desde la República Checa el miércoles y el jueves empezamos el rally… casi no tuvimos tiempo de probarlo», recuerda Andrea.

Sin embargo, la adaptación fue rápida. «Realmente el coche es una pasada y conseguimos adaptarnos bastante rápido y muy contentos». El salto tecnológico era evidente. «Ya era un coche muy antiguo, de 2018… la tecnología en los coches también avanza súper rápido y hay muchas diferencias, a pesar de ser de la misma categoría», explica la protagonista.

Andrea Lamas y Francisco Dorado tras el rally de Galicia. Bruno Penas

La relación entre piloto y copiloto es uno de los pilares de este deporte. Andrea lo define con la claridad de quien ha compartido toda una vida con un compañero dentro del coche. «Yo siempre digo que el piloto y copiloto al final es una especie de relación matrimonial… pasamos por muchísima adrenalina, por momentos muy buenos, muy malos, muy intensos todos, entonces tenemos que tener una conexión espectacular, incluso con el coche». La comunicación, la confianza y la comprensión mutua se convierten en elementos tan importantes como la técnica o la velocidad.

El equipo gallego de ARVidal también ha sido clave en su rendimiento. Con sede en Vimianzo, en A Coruña, prepara los coches y asegura que cada pieza esté lista para la próxima temporada.

El rally que cambió su vida

El rally que cambió su vida, confiesa, fue el primero. «Fue donde me di cuenta de que quería dedicarme a esto y que realmente me gustaba, porque hasta entonces me gustaban los coches pero no tenía claro que me iba a gustar tantísimo el copilotaje». Desde entonces, ha vivido victorias y campeonatos, pero también las partes más duras del automovilismo.

Ahora, con un coche más moderno, un equipo sólido y la motivación intacta, Andrea ya piensa en 2026. «El próximo objetivo es el campeonato… creo que tenemos posibilidades de conseguir el título absoluto y vamos a intentarlo seguro». Su nombre vuelve a sonar con fuerza entre las copilotos más destacadas de España, y su historia se mantiene como ejemplo de constancia, pasión y superación en cada tramo recorrido.

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