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REPORTAJE
Raíles contra el olvido
Laciana se opone al desmantelamiento de los ramales del tren Ponferrada-Villablino por su valor patrimonial e histórico, origen de su minería hace casi un siglo
Las locomotoras 1 y 2 del tren Ponferrada-Villablino en el plano inclinado de Villaseca de Laciana. (Foto: Ical)
Las locomotoras 1 y 2 del tren Ponferrada-Villablino en el plano inclinado de Villaseca de Laciana. (Foto: Ical)
V. Silván
07/09/2014
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 La comarca de Laciana se resiste a que se desmantele parte de su memoria minera y desaparezca el último tramo que queda de los ramales de lo que un día fue la línea ferroviaria Ponferrada-Villablino. El Ministerio de Medio Ambiente sentencia al ramal de Villaseca a su desaparición, dispuesto a invertir 170.000 euros solo para “levantarlo” y acondicionar después una vía verde, sin tener en cuenta su valor histórico y patrimonial.

El ramal de Villaseca de Laciana, con una longitud de algo más de siete kilómetros, forma parte del patrimonio industrial minero, tantas veces reivindicado en los últimos años, y es fiel testigo de lo que fue el origen de la minería en esta comarca. Su construcción se inició hace 95 años, en 1919, en el deseo de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) de acercar más hacia las minas la línea ferroviaria, una vez que ya había comunicado Ponferrada y Villablino con el ferrocarril minero, cumpliendo las exigencias del Ministerio de Fomento.

“Es una vía que fue importante cuando empezó la minería en Laciana porque en esa parte del valle es donde empezó todo, el origen de la minería es en buena medida ahí y en buena parte de la MSP también. Antes de la MSP ya se explotaba, aunque de forma minoritaria, en la parte de Villaseca y Sosas y cuando la MSP aterriza, las primeras explotaciones y en los primeros años es aquí”, destaca el portavoz del Club Xeitu, Víctor del Reguero. Así, esta infraestructura entró en funcionamiento el 4 de mayo de 1920 y durante décadas llevó el carbón de las minas y cargaderos a Villablino y desde allí a la capital berciana.

Este ramal sigue el cauce del río Sil, al que atraviesa en cuatro puntos, y sus instalaciones principales son las de Villaseca, cuyos cargaderos eran alimentados por el carbón de las minas situadas en el valle a través los ferrocarriles mineros del grupo Carrasconte y del grupo Lumajo. La línea que seguía al río Lumajo pasaba por la mina 'El Castro' y con dos planos inclinados que daban acceso a otras dos líneas mineras para llegar, por un lado, a las minas de 'Llamas' y, por otro lado, a las minas de 'La Braña de Robles' y el grupo Lumajo -formado por cinco grupos de minas-.

Una red de subramales que se repite en la otra línea para acceder a Carrasconte, a la mina 'Carrascontina' y al grupo de minas de 'Los Reirales' y 'Valdemazuenas'. Según explica Víctor del Reguero, estos ramales mineros los utilizaba tanto la MSP, que era la propietaria de la infraestructura y la principal empresa de la zona, como otros empresarios “más secundarios”, que también tenían explotaciones como, por ejemplo, Hulleras de Rioscuro o Hijos de Baldomero García. “Es historia de la comarca”, reivindica Del Reguero, que recuerda que el ramal que se quiere desmantelar estuvo en uso hasta mediados de los 90, hace unos 20 años.

Obras de construcción del último tramo del ramal del tren Ponferrada-Villablino. (Foto: Ical)

Desmantelamiento innecesario

Con el desmantelamiento previsto de este ramal para el proyecto del 'Camino Natural del Ferrocarril Minero de Villablino', advierte Del Reguero, “no va a quedar ya ni un metro de raíl de estos ramales y va a ser muy lamentable”. Y es que precisamente hace unos quince años ya se procedió al levantamiento del otro ramal, la línea de Caboalles, también para convertirla en una senda, cuyo abandono y falta de mantenimiento es palpable. “Aunque es muy difícil que se vuelva a utilizar para dar servicio a las explotaciones mineras, si esa línea ferroviaria está y existe, es incomprensible que se tenga que destruir”, añade.

En este sentido, el Club Xeitu, junto a otros colectivos berciano y lacianiegos, asegura que es compatible el mantenimiento de la plataforma de la vía con su uso como camino natural. “No estamos en contra del proyecto en sí, estamos en contra del proyecto en los términos que está el desmantelamiento de la vía”, precisa Del Reguero, sobre una iniciativa que supondrá una inversión superior al millón de euros pero que entienden que no es lo que Laciana necesita, inmersa en la agonía del fin de la minería en su valle.

Estado actual del ramal de Villaseca de Laciana, construido en 1919. (Foto: Ical)

Otros usos “más atractivos”

El proyecto no ha gustado a muchos. Incomprensible el desmantelamiento de la línea ferroviaria minera e incomprensible por qué realizar esa inversión para acondicionar una senda cuando, dice Del Reguero, “puede tener otros usos más atractivos y más vendibles que un paseo andando”. El ramal de Laciana está en buenas condiciones, “intacto”, por lo que en su opinión podría aprovecharse para la puesta en marcha de un ciclo-raíl o velo-raíl (plataforma metálica que se acciona mediante pedales, como en una bicicleta), siguiendo el modelo turístico de otros países europeos que explotan con éxito este medio de transporte “apto para todas las edades”.

Otra alternativa de mayor atractivo sería transformar este ramal en la cabecera del tren turístico del Sil. “Hay un tren turístico en Samuño, en la zona de Langreo (Asturias), que se puso en marcha el año pasado y según los datos publicados han tenido 34.000 visitas, un dato a tener en cuenta”, recalca Víctor del Reguero, que apostilla que en este casos además “tenemos material “como las locomotoras y vagones. “Laciana necesita cosas que sean más atractivas, que generen más riqueza y más empleo que no un paseo que no va a generar por si mismo nada, sobre todo cuando hay la posibilidad de desarrollar un tren turístico que sea referente en España ”, añade.

Así, reivindican el respeto y la protección a esta vía y sus elementos por tratarse de su patrimonio histórico industrial. Una protección y una salvación que podrían venir del lado de la Junta de Castilla y León, ya que en manos de su director general de Patrimonio está la posibilidad de incoar de oficio el expediente para su inventariado y para su reconocimiento como Bien de Interés Cultural (BIC), que frenaría de forma cautelar su desmontaje y abriría un plazo de dos años para aprobar su declaración.

Plano del proyecto de la zona fnal del ramal de Villaseca (1924). (Foto: Ical)

Estado actual del ramal de Villaseca de Laciana. (Foto: Ical)

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