Montserrat siempre ha llevado el sambenito de ser la gran maquinadora de este crimen y la que lleva la voz cantante. También así lo ha demostrado dentro de prisión, donde siempre ha parecido sentirse como en casa. Sin embargo, el juicio que estos días se celebra en la Audiencia Provincial de León deja entrever una realidad bien distinta.
Mientras la asesina confesa parece completamente ajena este proceso judicial, recostada en su asiento, aferrándose con fuerza a su abrigo y sin mediar palabra con nadie, su hija Triana no pierde detalle alguno de lo que acontece en la sala.
Pero su implicación durante la vista oral va más allá. Las conversaciones entre Triana y su letrado José Ramón García García son constantes durante las sesiones. Confidencias seguramente para marcar una estrategia de defensa en la que no toma parte nunca Montserrat y que podrían dejar entrever que la voz cantante en este asunto no es de la madre sino de la hija.
Gago asume su defensa
Una actitud activa que también comparte su amiga Raquel Gago. Atrás quedó la mujer ausente, abatida, con la mirada perdida que se vio durante las primeras jornadas de este mediático juicio. La agente de la Policía Local se ha convertido en su propia defensa.
Así lo demostró durante su declaración, donde con anotaciones y documentación, intentó demostrar su versión. Una defensa magistral, según expertos, que quizá haya empujado a la agente a tomar las riendas de este juicio.
Las interacciones entre Raquel y su letrado Fermín Guerrero son constantes. Pero siempre nacen de la agente. Es ella la que marca el ritmo de estas conversaciones y la que parece indicar a su letrado el siguiente paso que debe dar en su estrategia, como así lo han dejado latente durante las últimas sesiones de este juicio que afronta este lunes su cuarta y penúltima semana.