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El Bierzo
EL BIERZO
El guardián de las campanas
Con 83 años y sus manos de ferroviario y labrador, Odonell Álvarez ha sido el encargado de devolver el esplendor a la campanas de la ermita de Tedejo
Odonell Álvarez, artesano campanero en la localidad de Tedejo. (Foto: César Sánchez)
Odonell Álvarez, artesano campanero en la localidad de Tedejo. (Foto: César Sánchez)
V. Silván / elbierzonoticias.com
23/04/2014
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Las campanas de la ermita de Tedejo tienen su guardián y protector, cuyas manos han sido las encargadas de devolverles el esplendor. Es Odonell Álvarez que, a sus 83 años, se dispone ahora a recuperar el segundo de los bronces de esta pequeña iglesia -la primera de ellas la arregló hace ya 15 años-, cuya “cabeza” rehará con madera de un castaño de este recóndito pueblo berciano.

“Todo se va deteriorando, yo siempre me he prestado a echar una mano en el pueblo”, confiesa Odonell, que recuerda que la otra campana, más pequeña -la que se solía utilizar para llamar a concejo- un día “estaba casi en el suelo y en muy mal estado”. “Yo miraba la campana y recordaba la cantidad de veces que había subido ahí en verano cuando había tormentas para darle la vuelta y que no cayera más lluvia”, cuenta este ferroviario retirado, que entonces se la llevó a casa y la restauró.

Eso fue hace más de quince años y ahora su pueblo le ha hecho de nuevo el encargo de arreglar la otra campana, la campana mayor, coincidiendo con la rehabilitación de la ermita, ya que también se encontraba muy deteriorada. Una campana de 1905 y de “sonido muy fino”, según apunta el propio Odonell, que explica que es debido a la aleación del bronce, “con una base mayor de estaño”. Se define más como “médico” de campanas que campanero. “Nunca he sido campanero de tocar campanas, antes las tocábamos todos y ahora no sube casi nadie”, añade.

Con cerca de 50 kilogramos de peso, esta campana tiene la inscripción del año y las palabras 'Ave María' y descansa por unos días sobre la mesa de trabajo de Odonell, en la bodega de su casa en Tedejo. La que también fuera casa de sus padres y que disfruta viéndola llena de familiares y amigos alrededor de la mesa, asegura mientas comparte una “fideuá de botillo” junto a su hijo Pedro, que lleva con honor ser el “creador” de esta receta, los miembros de la Junta Vecinal, Pedro Colinas y Antonio Carro, el albañil Gerónimo Silván y otras dos amigas.

Entre San Isidro y San Fernando

Ha pasado su vida entre San Isidro y San Fernando, entre su faceta de labrador y su profesión de ferroviario. “Yo era el mayor de mis hermanos y con doce años me iba a labrar, San Isidro me echaba una mano, pero un día le dije 'Santo, ahí te quedas' y con 18 años me hice ferroviario, hasta los 65, entonces volví a la tierra y le dije 'Santo he vuelto, aquí me tienes'”, cuenta Odonell, que tiene un museo en la parte trasera de su casa con más de 300 aperos de labranza y de uso doméstico. “Es una bendición del pueblo vivir en un pueblo como este”, añade.

Son muchos los recuerdos que tiene de su “peregrinación” por media España tras ingresar como ferroviario en Ponferrada. Y es que cuando empezó a trabajar en la Renfe se estaba desarrollando todo el proceso de electrificación entre Torre y Brañuelas. “Me toco montar la catenaria del túnel número 20 -el que registró el mayor accidente ferroviario de la historia de España en 1944-, después ver como era eliminado ese túnel tras el trágico siniestro y volver a montar la nueva catenaria”, recuerda.

Madrid, Burgos, País Vasco, Sevilla, Zaragoza, Huelva, Córdoba... Estos son algunos de los destinos de un “inquieto” Odonell, que siempre llevaba con él a su mujer Carmina y a sus hijos. “Le debo mucho a Carmina porque ella no tenía nunca pereza de coger todos los bártulos y cambiar de sitio, recogíamos todo y a los tres críos los metíamos a una cesta”, explica. Algo que confirma su hijo Pedro, que bromea con que “mi hermana mayor es pimentera -como se llama a los de Ponferrada, yo que soy el del medio soy cántabro y mi hermano pequeño es vasco”.

Tras pasar por la dirección de obras e instalaciones, Odonell se prejubiló en la Renfe y entró en Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco). Así, se jubiló finalmente como gerente nacional de proyectos Ineco, que es un grupo formado por seniors del ferrocarril y con ingenieros junior para combinar la experiencia con la juventud y la formación. Precisamente, explica Odonell, son los que están desarrollando actualmente el AVE en Arabia Saudí. “Fíjate si hemos dado vueltas”, añade, hasta volver a su origen, a Tedejo.

Odonell Álvarez, artesano campanero en la localidad de Tedejo. (Foto: César Sánchez)

La 'remozada' ermita

La Junta Vecinal de Tedejo (Folgoso de la Ribera) inició hace unas semanas la restauración de su ermita, a la que ha destinado 3.000 euros para rehabilitar la espadaña y arreglar las escaleras de acceso al campanario. Una actuación que no será suficiente para recuperar totalmente este templo, que en su momento fue lugar central de las actividades religiosas del pueblo.

“En la iglesia solo se celebraba la misa del domingo, el rosario el Vía Crucis y otras celebraciones, como las fiestas patronales de San Fabián y San Sebastián, se celebraban en la ermita”, explica Odonll. Aún quedaría acabar de restaurar el pórtico y las paredes laterales, pero tendrán que esperar, para lo que según indicó el presidente de la Junta Vecinal, Pedro Colinas, esperan contar con el respaldo económico del ayuntamiento para poder hacer frente a su coste “porque es un esfuerzo muy importante para un pueblo pequeño como Tedejo” 

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