La Fundación Ciudad de la Energía urge la conclusión de las obras de Ene.central, que suponen la reforma y acondicionamiento de la antigua central térmica de Compostilla I, de Endesa, para albergar la segunda sede del Museo Nacional de la Energía. Según confirmaron fuentes de la institución, la dirección se reunió a mediados de la semana pasada para pedir explicaciones a los responsables de la Unión Temporal de Empresas (UTE) reponsable de la actuación, formada por las empresas Dragados, FCC, Ceteco y Basante, por el incumplimiento de los plazos previstos.

“Ellos dicen que las propias características de las obras les impiden llegar a la fecha que habían firmado, que era el 30 de junio”, indicaron esas mismas fuentes, que señalaron que no hay un nuevo plazo fijado, ya que se les apremió a que fueran finalizadas en “el plazo más breve posible”. Un nuevo retraso para un proyecto que tendría que estar rematado desde principios de 2012 y que, a mediados de 2015, está ejecutado al 85%.

Unos trabajos que se han encontrado con numerosos obstáculos, el primero fue la paralización de las obras en abril de 2012 tras abandonar Dragados-FCC la rehabilitación de la antigua central ante la negativa del entonces director, José Ángel Azuara, de elevar el presupuesto -inicialmente adjudicado en unos 33 millones- para cubrir los “gastos adicionales” surgidos por algunos problemas con la estructura del edificio durante los trabajos.

Los trabajos no se reanudaría hasta más de un año después, a mediados del 2013, ya con Melchor Ruiz al frente de la Ciuden y tras la firma del acta de replanteo, incorporando a las empresas Ceteco y Basante, y con un importante recorte presupuestario. “Se mantiene el mismo proyecto sin cambiar las características y funciones previstas, pero modificándolo para obtener una reducción presupuestaria”, defendía entonces Ruiz.